Evangelio según san Mateo (11,25-30):
En
aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a
los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me
lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis
cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra de Dios
-Gloria
a ti Señor, Jesús.
Meditación del Papa Francisco
Venid a mí. La invitación
de Jesús es para todos. Pero de manera especial para los que sufren más.
Jesús
promete dar alivio a todos, pero nos hace también una invitación, que es como
un mandamiento: Tomad
mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
El "yugo" del Señor consiste en cargar con el peso de los demás con
amor fraternal. Una vez recibido el alivio y el consuelo de Cristo, estamos
llamados a su vez a convertirnos en descanso y consuelo para los hermanos, con
actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro. La mansedumbre y la humildad
del corazón nos ayudan no sólo a cargar con el peso de los demás, sino también
a no cargar sobre ellos nuestros puntos de vista personales, y nuestros
juicios, nuestras críticas o nuestra indiferencia.
Invoquemos a María Santísima, que
acoge bajo su manto a todas las personas cansadas y agobiadas, para que a
través de una fe iluminada, testimoniada en la vida, podamos ser alivio para
cuantos tienen necesidad de ayuda, de ternura, de esperanza» (Papa Francisco, 13 de julio
de 2014)
El contexto de los capítulos 11 y
12 de Mateo.
Este contexto destaca y pone de relieve el que los pobres son los únicos que
entienden y aceptan la sabiduría del Reino. Mucha gente no entendía
esta preferencia de Jesús por los pobres y excluidos.
a) Juan Bautista, que miraba a Jesús con los ojos del pasado, queda con la duda (Mt 11,1-15).
b) la gente, que miraba a Jesús con finalidad interesada, no fue capaz de entenderle (Mt 11,16-19).
c) las grandes ciudades alrededor del lago, que oyeron la predicación de Jesús y vieron sus milagros, no quisieron abrirse a su mensaje (Mt 11,20-24).
d) los sabios y los doctores que lo juzgaban todo a partir de su propia ciencia, no fueron capaces de entender la predicación de Jesús (Mt 11,25).
e) ni sus parientes le entendían (Mt 12,46-50).
f) sólo los pequeños le entendían y aceptaban la Buena Nueva del Reino (Mt 11,25-30).
g) los otros quieren sacrificios, pero Jesús pide misericordia (Mt 12,1-8).
h) la reacción contra Jesús lleva a los fariseos a quererle matar (Mt 12,9-14).
i) le llamaban Jesús de Belcebú (Mt 12,22-32).
j) pero Jesús no miró atrás; siguió asumiendo la misión de Siervo, descrita en las profecías (Mt 12,15-21). Por causa de esto, fue perseguido, condenado a muerte.
a) Juan Bautista, que miraba a Jesús con los ojos del pasado, queda con la duda (Mt 11,1-15).
b) la gente, que miraba a Jesús con finalidad interesada, no fue capaz de entenderle (Mt 11,16-19).
c) las grandes ciudades alrededor del lago, que oyeron la predicación de Jesús y vieron sus milagros, no quisieron abrirse a su mensaje (Mt 11,20-24).
d) los sabios y los doctores que lo juzgaban todo a partir de su propia ciencia, no fueron capaces de entender la predicación de Jesús (Mt 11,25).
e) ni sus parientes le entendían (Mt 12,46-50).
f) sólo los pequeños le entendían y aceptaban la Buena Nueva del Reino (Mt 11,25-30).
g) los otros quieren sacrificios, pero Jesús pide misericordia (Mt 12,1-8).
h) la reacción contra Jesús lleva a los fariseos a quererle matar (Mt 12,9-14).
i) le llamaban Jesús de Belcebú (Mt 12,22-32).
j) pero Jesús no miró atrás; siguió asumiendo la misión de Siervo, descrita en las profecías (Mt 12,15-21). Por causa de esto, fue perseguido, condenado a muerte.
Los sabios, los doctores de aquella
época, habían creado una serie de leyes que ellos imponían al pueblo en nombre
de Dios. Pensaban que Dios exigía del pueblo estas observancias. Pero la ley del amor, traída por Jesús, decía lo
contrario. Lo que importa, no es lo que hacemos para Dios, sino lo que
Dios, en su gran amor, ¡hace por nosotros! La
gente entendía el hablar de Jesús y quedaba contenta. Los sabios pensaban
que Jesús estaba en el error. No podían entender esa enseñanza que modificaba
la relación de la gente con Dios.
Mateo 11,27: El origen de la nueva ley: el
Hijo conoce al Padre. Jesús, el Hijo, conoce al Padre. Sabe lo que
el Padre quería cuando, siglos atrás, entregó la Ley a Moisés. Aquello que el
Padre nos quiere decir, lo entregó a Jesús, y Jesús lo reveló a los pequeños,
porque éstos se abrieron a su mensaje. Hoy también Jesús está enseñando muchas
cosas a los pobres y a los pequeños.
Mateo 11,28-30: Venid a mí los que estáis
fatigados y sobrecargados. Jesús invita a todos los que están cansados a que vayan a él y les
promete descanso. Es la gente que vive cansada bajo los impuestos y las
observancias exigidas por las leyes de pureza. Y él dice: “Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón”.
La
invitación de la Sabiduría Divina para todos los que la buscan. Jesús convida
a todos los que están sobrecargados por el peso de las observancias de la ley a
que encuentren en él descanso y suavidad, pues él es manso y humilde de corazón, capaz
de aliviar y consolar a la gente sufrida, cansada y abatida. Esta invitación
revela un rasgo muy importante del rostro femenino de Dios: ternura y acogida que consuela, revitaliza
a las personas y las lleva a
sentirse bien. Jesús es entrañas y seno materno que el Padre ofrece al
pueblo cansado (cf Is 66,10-13).
Propósito
Ante el agobio y cansancio del trabajo o de los problemas diré: Jesús, en ti confío.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, enséñame a someterme siempre a la voluntad del Padre, para encontrar el descanso que me ofreces. Es paradójico como busco evadir todo lo que implique pobreza, soledad, fatiga, cuando vividos contigo y por amor a Ti, son los medios excelentes que me pueden llevar a crecer en el amor. Ayúdame a ser manso y humilde de corazón.