La santidad es vida nueva en Cristo Jesús. Vida sobrenatural. Vida en el Espíritu de Dios.
¿Qué podrá saber el mundano de santidad? Nada. El que vive para el mundo, no puede agradar a Dios. Por eso así como el hombre dejará la casa paterna para el matrimonio, así el hombre para alcanzar santidad dejará al mundo, la carne y el pecado.
Entrar caminando hacia el Padre Dios por la vida en Cristo no se compara a nada que el mundo conozca.
Dios deifica al hombre a través de los sacramentos y éste deberá introducirse por obediencia a Dios a una total disposición al Espíritu Santo y mediante la oración y buenas obras a dónde todo es posible para Dios.
El mundo ateo y descreído nunca lo conocerá. Ser asistido por los bienaventurados del Cielo, María Santísima y Jesús, Nuestro Salvador.
Quien nunca rezó no sabe de humildad ante Dios, no sabe pedir, no lo llama con insistencia al Todopoderoso.
El Diablo tratará de que no llegue a la santidad, pero debo recordarle que la santidad la da Dios y la completa, porque nosotros queremos pero Dios es el Santo, Santo, Santo.