sábado, abril 19, 2014

La Resurrección de Cristo en clave salvífica



La economía de la salvación se ha dado en etapas y encuentra en la resurrección del Hombre-Dios el culmen, por eso hay una sola Buena Noticia que es “Jesús, el Nazareno, muerto y resucitado para el rescate de todos".Hechos 2, 22.
La muerte redentora de Cristo estaba en el designio divino de salvación(Isaías 53, 11). Ésta muerte dolorosa de Jesús no fue fruto del azar pertenece al misterio del designio de Dios (Hechos 2, 23) Jesús resucitado explica esto mismo a los discípulos camino a Emaus. (Lucas 24, 13-33)

La salvación, la “salus animanum”, la consumación y la bienaventuranza supremas de las almas, que el cristianismo nos enseña a esperar, las designa él, por boca del Príncipe de los Apóstoles como fin de la fe. Fe que es esperanza en la potencia del Espíritu del Resucitado. Éste es el fruto del árbol de la Cruz.

El anonadamiento de Jesús en la Pasión sobrepuja en gloria a la resurrección, es el triunfo potencial de honor y gloria, en este vaciamiento de la propia voluntad se muestra verdaderamente al Hijo que quiere glorificar a su Padre tras lo cual lleva los recuerdos de la Pasión libremente aceptada.

Nosotros unidos a la Pasión del Hijo de Dios soportamos los dolores y tribulaciones de este mundo con la esperanza puesta en la Vida que vendrá, porque ya nada ni nadie nos podrá separar del amor de Cristo (Romanos 8, 31-39) San Pablo ruega para que nuestro ser entero, el espíritu, el alma y el cuerpo sea conservado sin mancha hasta la venida del Señor (1 Tesalonisenses 5, 23)

María había profetizado que Dios “enaltece a los humildes” y el mismo Jesús había dicho “aprendan de mí que soy manso y humilde”. Pero el cuerpo que reposaba en el sepulcro no era solamente de un hombre humilde, era el Santo de Dios y Dios humanado cuya alma “descendió a los infiernos” como profesamos en el Credo, para rescatar a los que dormían en la esperanza de la resurrección del Mesías. Jesús pasó haciendo el bien entre los vivos primero y entre los muertos después, para completar la salvación. Por eso resuena en toda la creación una alegría que nada la quita.

La resurrección de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo es destino de los mismos. Los miembros abrazan la muerte-siguiendo el ejemplo de la Cabeza- para gloria de Dios, dejando que Cristo al cual ya pertenecen, los inmole. No estamos hablando de suicidio. Sino de aquellos que bautizados son hijos de Dios, confirmados son soldados de Dios, alimentados de Jesús Eucaristía son el nuevo pueblo de Dios. Ya no importa si comen carne o no, ya no importa si beben café o no, la nueva ley en el Espíritu Santo que está en el Resucitado hace nueva todas las cosas.

La resurrección fue de hecho para el Hombre-Dios el comienzo de la gloria que Él poseía desde el principio, atisbada en la Transustanciación. Jesús no resucitó a una vida humana como la hija de Jairo, ni como Lázaro. No permanece con los apóstoles y discípulos, entra y sale para llevar la paz a los que estaban acongojados. 

La Vida que está en el Padre y en el Hijo, vida sobrenatural y divina, la adquirimos en el Bautismo en la fe de nuestros padres y padrinos llamados a hacernos madurar en esa misma fe. Desde ese mismo momento somos engendrados por Dios Padre para ser sus hijos en la fe y amor al Hijo unigénito. Será responsabilidad de nosotros mismos crecer en fe y en gracia delante de Dios


Éste es el Día que hizo el Señor, el Octavo Día: el Día de la Resurrección de Cristo. La obra de la creación culmina en una Obra todavía más grande: la Redención. La primera creación encuentra su sentido y su cumbre en la nueva creación en Cristo, cuyo esplendor sobrepasa el de la primera. El día sin ocaso, porque ya no habrá más sol, ni luna Dios mismo será quien ilumine la nueva tierra y el nuevo cielo. Apocalipsis 21.22

Felices Pascuas de Resurrección para todos los que están invitados a la Cena del Señor realizada en la Parusía y que se anticipa ahora con el fruto de la muerte que no mata porque es Vida en abundancia. Dios los bendiga.

jueves, abril 10, 2014

El Misterio de la Cruz

"Todo está cumplido". E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19, 30

¿Qué es lo que está cumplido en el Hijo de Dios crucificado?
Entre otras cosas, Jesús vino a dar cumplimiento a las promesas meseanicas. Jesús, el crucificado cumplió con la obediencia a Dios Padre. Lo que perdimos con la desobediencia de Adán y Eva queda recapitulado por la abnegación total de Jesús y María Santísima. Ésta es la Obra del Padre realizada en el Hijo muerto por amor a nosotros los hombres en la cruz. Ésta es la Hora de Jesús que el mismo deseaba cumplir con ansias. Ésta es la Copa del Padre llena de la ira de Dios por los pecados del todos los hombres malvados, infieles, pecadores que Jesús bebe por obediencia pero sobre todo por amor a la humanidad caída.

El Misterio de la Cruz es grande y profundo solo puede ser alcanzado por medio de la fe.
Los poderes de la muerte estaban en manos de Satanas, las personas no encontraban el Cielo después de muertas, bajaban al Seol (Job 7, 9; Salmo 6, 6; Salmo 30, 10; Salmo 88, 4-8. 12-13.) En la Cruz de Cristo está definiticamente la derrota de Satanas.

La Cruz de Cristo es la revelación suprema de la caridad, es decir, de Dios. Sólo Dios humanado podía demostrarle a la humanidad pecadora cuánto nos ama Dios.

La Cruz de Cristo es expiación, "éste es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" decia Juan el Bautista lleno del Espíritu Santo.

La Cruz de Cristo es reconciliación, por el pecado los hombres no podian llegar libremente hablar cara a cara con Dios por Jesús somos reconciliados al Padre, por que el único mediador es Cristo.

La Cruz de Cristo ha sido nuestra redención por la sangre hemos sido comprados y rescatados del pecado y de la muerte.

La Cruz de Cristo es un sacrificio, una ofrenda.

La Cruz de Cristo es Victoria sobre el demonio que nos tenía esclavizados por el pecado.

El signo de la Cruz nos dice "así nos ama Dios Padre" (Romanos 5, 8. Efesios 2, 4-5)
                                          " así Jesús ama al Padre" (Filipenses 2, 8)
                                          "así Jesús nos ama y nos llama amigos"
                                          " así hemos de amar a Dios" (Marcos 12, 30; Juan 15, 10)
                                          " así hemos de amar al prójimo" (Juan 13, 34; 1 Juan 3, 16)

La Santa Cruz revela el horror del pecado (1 Corintios 6, 20)
                                el valor de nuestra vida (1 Pedro 1, 18-19)

Fundamentamente  tenes que sentirte alcanzado por el amor divino:
"El Hijo de Dios me amó y se entregó por mí" (Gálatas 2, 20)
Todo el amor de Cristo está en mí. " ("¿Qué más se podía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?" Isaías 5, 4)
Todo el amor de Cristo está en mi hermano (Juan 10, 3)

La Santa Cruz es sello de garantia para todas las futuras generaciones (Hebreos 9, 22)

1 Pedro 1, 18-23:
   "Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. Por él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios".
   "Por su obediencia a la verdad, ustedes se han purificado para amarse sinceramente como hermanos. Amense constantemente los unos a los otros con un corazón puro, como quienes han sido engendrados de nuevo, no por un germen corruptible, sino incorruptible: la Palabra de Dios, viva y eterna".

viernes, abril 04, 2014

Jesús es el Camino, la verdad y la vida-Catequesis



En la catequesis es importante destacar con toda claridad el gozo y las exigencias del camino de Cristo.
·         - una catequesis del Espíritu Santo, Maestro interior de la vida según Cristo, “dulce huésped del alma” que inspira, conduce, rectifica y fortalece esta vida;
·         - una catequesis eclesial, pues en los múltiples intercambios de los “bienes espirituales” en la “comunión de los santos” es donde la vida cristiana puede crecer, desplegarse y comunicarse.
La referencia primera y última de ésta catequesis es siempre Jesucristo que es “el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” Juan 14, 6.

Características del Camino Evangélico:
La humildad en el servicio
Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber’. Lc 17, 10.
María dice de sí misma: “…porque Dios miró la pequeñez de su servidora”. Lc 1, 48.
La observancia del corazón
Como insistían, se enderezó y les dijo: “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra”. Jn 8, 7.
“Mientras tanto, María conservaba éstas cosas y las meditaba en su corazón”. Lc 2, 19.
“Su madre conservaba estas cosas en su corazón”. Lc 2, 51b
El camino de la Vida
“Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran”. Mateo 7, 13-14.
Somos testigos de la Vida
“Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado”. 1 Juan 1, 2.
La armadura del cristiano
“Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder.  Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza.  Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”. Efesios 6, 13-14.
Obras de los creyentes
“Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre”. Juan 14, 12.
El Nombre de Jesús
“Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré”. Juan 14, 14.
Seremos revestidos de la imagen del hombre celestial
“El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo. Los hombres terrenales serán como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial. De la misma manera que hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial”. 1Corintios 15, 47-49.
Jesús es un ser celestial
Jesús continuó: “Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo”. Juan 8, 23.
Bendecidos en Cristo
“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Efesios 1, 3-4.
No somos esclavos, somos espirituales
“…los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos. Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él”. Gálatas 5, 24-25.
Cristo: Cabeza, Salvador y Mediador
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y ustedes participan de esa plenitud de Cristo, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad. En él fueron circuncidados, no por mano de hombre, sino por una circuncisión que los despoja del cuerpo carnal, la circuncisión de Cristo. En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. Él canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. En cuanto a los Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla, incorporándolos a su cortejo triunfal”. Col 2, 9-15.
La satisfacción de Dios Padre
“La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos”. Juan 15, 8
El pedido de Dios Padre
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. Marcos 9, 7
Vuestro trabajo no es vano en el Señor
“Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certeza de que los esfuerzos que realizan por él no serán vanos”. 1 Corintios 15, 58.