En la catequesis
es importante destacar con toda claridad el
gozo y las exigencias del
camino de Cristo.
·
- una catequesis del Espíritu Santo, Maestro interior de la vida según
Cristo, “dulce huésped del alma”
que inspira, conduce, rectifica y fortalece esta vida;
·
- una catequesis eclesial, pues en los múltiples intercambios de los “bienes espirituales” en la “comunión
de los santos” es donde la vida cristiana puede crecer, desplegarse y
comunicarse.
La referencia primera y
última de ésta catequesis es siempre Jesucristo que es “el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”
Juan 14, 6.
Características del Camino Evangélico:
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La humildad en el servicio
‘Somos simples servidores, no hemos hecho más que
cumplir con nuestro deber’. Lc 17, 10.
María dice de sí misma: “…porque Dios
miró la pequeñez de su servidora”. Lc 1, 48.
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La observancia del corazón
Como insistían, se enderezó y les dijo: “El que no tenga pecado, que arroje la primera
piedra”. Jn 8,
7.
“Mientras tanto, María conservaba éstas cosas y las meditaba en su
corazón”. Lc 2, 19.
“Su
madre conservaba estas cosas en su corazón”. Lc 2, 51b
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El camino de la Vida
“Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que
van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la
Vida, y son pocos los que lo encuentran”. Mateo 7, 13-14.
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Somos testigos de la Vida
“Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la
vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al
Padre y que se nos ha manifestado”. 1 Juan 1, 2.
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La armadura del cristiano
“Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su
poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan
resistir las insidias del demonio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios,
para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber
superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el
cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con
el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación,
y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”. Efesios 6, 13-14.
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Obras de los creyentes
“Les aseguro que el que cree en mí hará también
las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre”. Juan 14, 12.
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El Nombre de Jesús
“Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo
haré”. Juan 14, 14.
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Seremos
revestidos de la imagen del
hombre celestial
“El primer hombre procede de la tierra y es
terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo. Los hombres terrenales serán
como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial. De la misma manera que hemos sido
revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen
del hombre celestial”. 1Corintios 15, 47-49.
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Jesús es un ser celestial
Jesús continuó: “Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este
mundo, yo no soy de este mundo”. Juan 8, 23.
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Bendecidos en Cristo
“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes
espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del
mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el
amor. Efesios 1, 3-4.
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No somos esclavos, somos espirituales
“…los
que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus
malos deseos. Si
vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él”. Gálatas 5, 24-25.
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Cristo: Cabeza, Salvador y Mediador
“Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la divinidad, y ustedes participan de esa plenitud de
Cristo, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad. En él fueron
circuncidados, no por mano de hombre, sino por una circuncisión que los
despoja del cuerpo carnal, la circuncisión de Cristo. En el bautismo, ustedes
fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios
que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes
estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne,
pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. Él
canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus
cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. En cuanto a los Principados
y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla,
incorporándolos a su cortejo triunfal”. Col 2, 9-15.
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La satisfacción de Dios Padre
“La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y
así sean mis discípulos”. Juan 15, 8
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El pedido de Dios Padre
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de
ella una voz: “Este es mi Hijo
muy querido, escúchenlo”. Marcos 9, 7
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Vuestro trabajo no es vano en el Señor
“Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles,
progresando constantemente en la obra del Señor, con la certeza de que los
esfuerzos que realizan por él no serán vanos”. 1 Corintios 15, 58.
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