miércoles, octubre 19, 2016

Deja que el Espíritu Santo te conduzca

 

 
 
 

Lucas 10,1-9  La vocación cristiana es sobre todo una llamada de amor que atrae y va más allá

 

Santo Evangelio según San Lucas 10,1-9

La misión de los setenta y dos: En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!" Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes". Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco

Debemos recordar la importancia de rezar para que, como dijo Jesús a sus discípulos, "el dueño de la mies… mande obreros a su mies."
Jesús nos dio este mandamiento en el contexto de un envío misionero: además de los doce apóstoles, llamó a otros setenta y dos discípulos y los mandó de dos en dos para la misión. Efectivamente, si la Iglesia es misionera por su naturaleza, la vocación cristiana nace necesariamente dentro de una experiencia de misión.
Así, escuchar y seguir la voz de Cristo Buen Pastor, dejándose atraer y conducir por él y consagrando a él la propia vida, significa aceptar que el Espíritu Santo nos introduzca en este dinamismo misionero, suscitando en nosotros el deseo y la determinación gozosa de entregar nuestra vida y gastarla por la causa del Reino de Dios.
Entregar la propia vida en esta actitud misionera sólo será posible si somos capaces de salir de nosotros mismos...
Quisiera reflexionar precisamente sobre ese particular «éxodo» que es la vocación o, mejor aún, nuestra respuesta a la vocación que Dios nos da. Cuando oímos la palabra «éxodo», nos viene a la mente inmediatamente el comienzo de la maravillosa historia de amor de Dios con el pueblo de sus hijos, una historia que pasa por los días dramáticos de la esclavitud en Egipto, la llamada de Moisés, la liberación y el camino hacia la tierra prometida.
El libro del Éxodo - el segundo libro de la Biblia -, que narra esta historia, representa una parábola de toda la historia de la salvación, y también de la dinámica fundamental de la fe cristiana.
De hecho, pasar de la esclavitud del hombre viejo a la vida nueva en Cristo es la obra redentora que se realiza en nosotros mediante la fe (cf. Ef 4,22-24). Este paso es un verdadero y real «éxodo», es el camino del alma cristiana y de toda la Iglesia, la orientación decisiva de la existencia hacia el Padre.
[...] En efecto, la vocación cristiana es sobre todo una llamada de amor que atrae y que se refiere a algo más allá de uno mismo, descentra a la persona, inicia un «camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo, más aún, hacia el descubrimiento de Dios» (Benedicto XVI, Carta enc. Deus caritas est, 6).
[...] La Virgen María, modelo de toda vocación, no tuvo miedo a decir su «fiat» a la llamada del Señor. Ella nos acompaña y nos guía. Con la audacia generosa de la fe, María cantó la alegría de salir de sí misma y confiar a Dios sus proyectos de vida. A Ella nos dirigimos para estar plenamente disponibles al designio que Dios tiene para cada uno de nosotros, para que crezca en nosotros el deseo de salir e ir, con solicitud, al encuentro con los demás

Oración de Sanación

Señor, hoy te busco solicitando tu ayuda para que me ayudes a tener una mejor actitud ante la vida, más positiva, entusiasta y optimista y a saber controlarme y no desesperarme en los momentos difíciles. Concédeme la gracia de conocer y practicar siempre el bien, pues sin Ti, voy como con rumbo perdido hacia la nada. Que pueda vivir según tu voluntad, con lucidez e inteligencia para entender cuál es mi misión, asumirla y vivirla.

Ven mi Dios, dame el valor y la perseverancia para llegar a cumplir con todas mis responsabilidades y compromisos que me acercan a tu proyecto de salvación y a aceptar tus enseñanzas por muy duras que parezcan. Ven y cierra mis oídos a la calumnia y al chisme para evitar distraerme y no hacer, lo que por amor, debería estar haciendo. Que pueda ser un misionero valiente capaz de preparar a tu pueblo para el encuentro contigo. 

Quiero ser un testigo de tu amor, tener presente que el trabajo que realizo es por Ti y nada más que para Ti. Es un gran privilegio saber que has puesto tu mirada sobre mí y me has elegido de entre todas tus criaturas
No permitas que la duda me asalte antes de ponerme en camino. Envíame la ayuda divina de tus ángeles y la asistencia del Espíritu Santo para así pisar firme y ganar las fuerzas que requiero para seguir luchando
Concédeme un corazón libre, sin apegos ni afanes egoístas. Que yo pueda viajar liviano y evitar aquellos enredos que no edifiquen mi vida. Ayúdame a permanecer enfocado en Ti. Confío en que me llenas de tu Paz en este momento y me vas colmando de tu gracia. Amén

martes, septiembre 27, 2016

¿Qué son los pecados contra el Espíritu Santo?



PREGUNTA
Pido me explique qué significa el pecado imperdonable, el pecado contra el Espíritu Santo. Muchas gracias.


RESPUESTA

 Todos los pecados tienen perdón de Dios, menos uno: el pecado contra el Espíritu Santo. “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” (San Mateo 12, 31)

¿Cuáles son los pecados contra el Espíritu Santo?
Para una mejor comprensión del tema, conviene indicar desde luego cuáles son los pecados contra el Espíritu Santo, según el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo (2 d.43), que Santo Tomás recoge y analiza, y antiguamente se enseñaban en las clases de catecismo (cf. F. X. Schouppe  S.J., Curso Abreviado de Religión, Bouret, México, 1906, p. 439):
Los pecados contra el Espíritu Santo son seis: 1) desesperación de la salvación; 2) presunción de salvarse sin merecimientos; 3) negar la verdad conocida como tal; 4) tener envidia o pesar de la gracia ajena; 5) obstinación en el pecado; y, 6) impenitencia final. La referida obra añade que se llaman pecados contra el Espíritu Santo “los pecados de pura malicia, que siendo directamente opuestos a la misericordia de Dios y a la gracias del Espíritu Santo, hacen muy difícil la conversión”.

Expliquemos...
 La blasfemia no es solamente con palabras, sino también y sobre todo con hechos. ¿Quién blasfema? Quien no se siente necesitado de Dios, quien no se siente pecador o se cree sin pecado, cerrarse al llamado de Dios a la conversión, endurecer el corazón a tal punto que a la persona no le interesa Dios.

Santo Tomás observa que la voluntad se inclina al mal de diversas maneras: “A veces ocurre por falta de la razón, como cuando uno peca por ignorancia; mas a veces por el impulso del apetito sensitivo, como cuando peca por pasión. Mas ninguna de estas dos cosas es pecar por pura malicia; sino que sólo peca uno por pura malicia cuando la voluntad por sí misma se mueve al mal” (I-II, q.78 a.3 c.).
Aquí está lo que define a los pecados contra el Espíritu Santo: son los que se cometen porpura malicia, no simplemente por ignorancia o pasión.
Como éste es un concepto fundamental para la comprensión de la materia, conviene desmenuzarlo.
Santo Tomás usa, en latín, la expresión certa malitia, que el padre Schouppe traduce bien por pura malicia. En efecto, el primer sentido de la palabra certa, en latín, indica aquello que está perfectamente decidido, resuelto y determinado en nuestro espíritu. Por lo tanto, el pecado cometido con certa malitia no es el pecado cometido por debilidad, ignorancia o pasión, sino el que es cometido con perfecta adhesión de la voluntad al mal que envuelve el pecado.
Tenga el lector la bondad de releer la frase de Santo Tomás citada al inicio de este tópico, para ver si le quedó claro. Añado apenas, colateralmente, que la ignorancia no siempre excusa de pecado, pues ella puede ser culposa, y en ese caso tendremos lo que Santo Tomás llama pecado por ignorancia.
Comprendida, pues, la noción de certa malitia o pura malicia, podemos mostrar cómo ella está presente en los seis pecados que el Catecismo nos presenta como pecados contra el Espíritu Santo.
La malicia de los pecados contra el Espíritu Santo



1) Desesperación de la salvación;
 2) presunción de salvarse sin merecimientos — Dice Santo Tomás: “El hombre, en efecto, se retrae de la elección del pecado por la consideración del juicio divino, que conlleva entremezcladas justicia y misericordia, y encuentra también ayuda en la esperanza que surge ante el pensamiento de la misericordia, que perdona el mal y premia el bien; esta esperanza la destruye la desesperación. El hombre encuentra también ayuda en el temor que nace de pensar que la justicia divina castiga el pecado, y ese temor desaparece por la presunción, que lleva al hombre al extremo de pensar que puede alcanzar la gloria sin méritos y el perdón sin arrepentimiento” (II-II, q.14 a.2 c.). Este rechazo de la justicia y misericordia divinas implica una pura malitia certa, pues son dos atributos divinos que nadie desconoce.
3) negar la verdad conocida como tal;
4) tener envidia o pesar de la gracia ajena — Dice Santo Tomás: “Los dones de Dios que nos retraen del pecado son dos. Uno de ellos, el conocimiento de la verdad, y contra él se señala la impugnación a la verdad conocida, hecho que sucede cuando alguien impugna la verdad de fe conocida para pecar con mayor libertad. El otro, el auxilio de la gracia interior, al que se opone la envidia de la gracia fraterna, envidiando no sólo al hermano en su persona, sino también el crecimiento de la gracia de Dios en el mundo” (loc. cit.). Posiciones de alma que, una vez más, implican evidentemente malitia certa.
5) obstinación en el pecado; y, 6) impenitencia final — Dice Santo Tomás: “Por parte del pecado, son dos las cosas que pueden retraer al hombre del mismo. Una de ellas, el desorden y la torpeza de la acción, cuya consideración suele inducir al hombre a la penitencia del pecado cometido. A ello se opone la impenitencia, no en el sentido de permanencia en el pecado hasta la muerte, [...] ya que en ese sentido no sería pecado especial, sino una circunstancia del pecado; aquí, en cambio, se entiende la impenitencia en cuanto entraña el propósito de no arrepentirse. La otra cosa que aleja al hombre del pecado es la inanidad y caducidad del bien que se busca en él, a tenor del testimonio del Apóstol: «¿Qué frutos cosechasteis de aquellas cosas que al presente os avergüenzan?» (Rom. 6, 21). Esta consideración suele inducir al hombre a no afianzar su voluntad en el pecado. Todo ello se desvanece con la obstinación, por la que reitera el hombre su propósito de aferrarse en el pecado” (loc. cit.).
Una vez explicadas las diversas formas que asumen los pecados contra el Espíritu Santo, nos faltaría mostrar en qué sentido se dice que ellos son imperdonables. Pero el espacio se acabó... y queda para el próximo mes.
Mientras tanto, pidamos a la Santísima Virgen, Madre de Misericordia, Auxilio de los cristianos y Refugio de los pecadores, que nos dé la gracia de no caer en cualquiera de esos pecados monstruosos que, como advirtió Nuestro Señor Jesucristo, son imperdonables.

Blasfemias contra la Santísima Trinidad
“Otros —explica Santo Tomás— lo entienden de otra manera, diciendo que hay pecado o blasfemia contra el Espíritu Santo cuando se peca contra el bien apropiado al Espíritu Santo, al cual se le apropia la bondad, como al Padre el poder y al Hijo la sabiduría. Según eso, dicen que hay pecado contra el Padre cuando se peca por debilidad; contra el Hijo, por ignorancia; y contra el Espíritu Santo, por pura malicia” (Suma teológica IIª-IIæ, q.14 a.1, c). El concepto de pura malicia fue  y lleva en sí un pecado cometido con perfecta adhesión de la voluntad al mal, no simplemente por ignorancia, debilidad o pasión.
Aquí ya se comienza a comprender que, en el pecado contra el Padre (por debilidad) o contra el Hijo (por ignorancia), el pecador se deja conducir más fácilmente al arrepentimiento, y de éste al pedido de perdón, mientras el pecado contra el Espíritu Santo (por malicia) lleva a la obstinación en el pecado, y por lo tanto al rechazo del perdón. ¡No es Dios que no quiere perdonar; es el pecador que no quiere arrepentirse y, consecuentemente, ser perdonado!
Los milagros espirituales también ocurren...
Santo Tomás compara el pecado contra el Espíritu Santo a una enfermedad incurable: “Sucede algo análogo a lo que se dice de una enfermedad que por su misma naturaleza es incurable, porque no hay base de recuperación, sea porque se destruye la virtud de la naturaleza, sea porque causa náuseas de la comida o de la medicina, aunque esa dolencia pueda curarla Dios. Así sucede con el pecado contra el Espíritu Santo. Se dice de él que es irremisible por su naturaleza, en cuanto que excluye lo que causa la remisión del pecado [esto es, el arrepentimiento y el pedido de perdón]. No queda, sin embargo, cerrado del todo el camino del perdón y de la salud a la omnipotencia y misericordia de Dios, la cual, como por milagro, sana a veces [aliquando] espiritualmente a esos impenitentes” (Suma teológica IIª-IIæ, q.14 a.3, c.).
Así, Dios manifiesta su omnipotencia misericordiosa, convirtiendo al pecador como que a rebeldía de la obstinación de éste... Pero Santo Tomás observa que eso se da apenas a veces, para mostrar cuán raramente ocurre; como raros son también los milagros de carácter físico. En general, prevalece la tesis de la irremisibilidad de los pecados contra el Espíritu Santo, según el texto de San Mateo citado al inicio.
De ese modo, la aparente contradicción se resuelve.
¡La Antigüedad pagana ya versaba sobre estos temas!
Alguien podría pensar que tales puntos de la más genuina teología católica eran desconocidos por los filósofos de la Antigüedad. No obstante, en más de un punto se ve que Dios fue preparando los pueblos paganos para la aceptación del cristianismo.



Ahora bien, el mensaje que la Santísima Virgen fue portadora en Fátima, en 1917, era precisamente una alerta para esa pérdida de la noción de pecado, con la advertencia de que, si los hombres no se enmendasen, grandes castigos se abatirían sobre la humanidad.
Nadie osará decir que, de entonces para acá, la situación mejoró. ¡Todo lo contrario! Pero no es propio de la Providencia desalentar a los hombres en ninguna circunstancia. Por eso, sobre las nubes tenebrosas que se ciernen sobre el mundo, brilla una luz más brillante que el Sol: la promesa de Nuestra Señora de que, después de convulsiones de porte universal, ¡habrá un gran retorno de la humanidad a las vías sagradas de la civilización cristiana y la instauración del Reino del Inmaculado Corazón de María! La humanidad entonará un gran himno de alabanza al divino Espíritu Santo, que sofocará el rugido, ya entonces evanescente, de las actuales blasfemias contra el mismo Espíritu Santo. Así lo esperamos. Así sea.   
http://www.fatima.pe/articulo-530-que-son-los-pecados-contra-el-espiritu-santo

 https://www.youtube.com/watch?v=jNdhwLK2DkI



miércoles, septiembre 21, 2016

Sois ciudadanos del pueblo de Dios


Ef 2, 19-22 "Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu".

Los protestantes no estan sobre el cimento de los apóstoles, al negar al Papa la supremacía de la Iglesia de Cristo y mucho menos los profetas que hablaron de la llegada del Mesías que es Jesús, el Hijo de Dios vivo. Por lo tanto pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios son los católicos que están edificados sobre el cimiento de los apóstoles. 

En la medida que se destorciona la idea de Jesús, también estan quedando fuera de la familia de Dios y fuera del templo en el que Jesús es piedra angular, y en este punto me refiero a los monofisistas. Jesucristo es verdadero Dios con toda la trascendencia que esto supone y Jesucristo es verdadero hombre con toda la inmanencia que esto supone, por ello es piedra angular. 

Cada nuevo bautizado se incorpora en este templo en el que cada uno es "piedra viva" como dice Pedro.
  1 Pedro 2, 5 "también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo".

Lucas 13, 28 "Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera".

Esforzate por tener la "Permanencia en Cristo" porque fuera de Él hay tiniebras y rechinar de dientes.
Juan 15, 8-10 "En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor".


 

domingo, julio 31, 2016

Oracion para rezar en todo momento


Ayúdame a clarificar mis intenciones.
purifica mis sentimientos,
santifica mis pensamientos
y bendice mis esfuerzos,
para que todo en mi vida
sea de acuerdo a tu voluntad.


Tengo tantos deseos contradictorios...
Me preocupo por cosas
que ni importan ni son duraderas.
Pero sé que si te entrego mi corazón
haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.


En todo lo que hoy soy,
en todo lo que intente hacer,
en mis encuentros, reflexiones,
incluso en las frustraciones y fallos,
y sobre todo en este rato de oración,
en todo ello,
haz que ponga mi vida en tus manos.


Señor, soy todo tuyo.
Haz de mí lo que Tú quieras. Amén.

sábado, junio 18, 2016

¿Qué deberíamos hacer para crear un mundo mejor?

El mundo mejor solo será posible después que Jesús vuelva, que haya juicio final, que saque a los malvados , entre ellos al Diablo de la tierra, y se establezca el Reino de Dios para toda la eternidad en la Tierra Nueva.

María Santísina en la advocación de Lourdes le dijo a Bernardette el 18 de febrero 1858 en la tercera aparición de la Virgen:  "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".

Sin embargo,  no debemos alimentar el derrotismo de decir "el mundo está perdido, no hay nada que hacer". Hay muchas comunidades de permanencia que estan cambiando al mundo, como por ejemplo, la comunidad de Taize. 

La Comunidad de Taizé es una comunidad monástica cristiana ecuménica, fundada en 1940 por el teólogo suizo Roger Schutz, en la localidad de Taizé, Francia , que continúa siendo su sede. Es reconocida mundialmente como un foco de ecuménico.

Algunos youtubers buscan hacer comunidades de pertenencia para crear el mundo mejor. 

Por eso hay que tener mucha responsabilidad con lo que subimos a internet y con la comunidad que formemos.
Valores como el Bien Común, Solidaridad, Entrega Mutua con proyección a futuro, eliminar la ventaja personal. 
Antivalores que debemos evitar por ejemplo el egoísmo, el orgullo, mezquindad.

 NO SE OLVIDE DE DEJAR UN COMENTARIO O DIGA CUAL ES EL TEMA QUE USTED QUIERA QUE SE TRATE

miércoles, junio 15, 2016

PERSEVERANCIA DIARIA



En el camino de amistad con Jesús


INTRODUCCION:

DIOS PADRE:

Mt. 17, 5: 5Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo”.

DIOS HIJO:

Lc. 9, 23-26: 23 Después dijo a todos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.25 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?26 Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.  

DIOS ESPÍRITU SANTO:

Rom. 8, 14-15: 14 Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.15 Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre!

PERSEVERANCIA:

 Usted que creer en Dios, pero tal vez necesite directivas católicas para afrontar el dia a dia.

1.   Jn. 3, 5-6: 5 Jesús le respondió: “Te aseguro
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
6 *
Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.
*Se trata de una generación espiritual que da la Vida eterna, contrapuesta a la generación carnal, principio de la vida puramente natural.
Ga. 5, 22-24: 22 Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza,23 mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está de más,24 porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos.

2.   Jn. 6, 27:
27 * Trabajen, no por el alimento perecedero,
sino por el que permanece hasta la Vida eterna,
el que les dará el Hijo del hombre;
porque es él a quien Dios, el Padre,
marcó con su sello”.
Jn. 6, 35: 35 Jesús les respondió:
“Yo soy el pan de Vida.
El que viene a mí jamás tendrá hambre;
el que cree en mí jamás tendrá sed.
1 Co. 5, 8: 8 Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.

3.   Jn. 7, 37-39: 37 El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie, exclamó:
“El que tenga sed, venga a mí;
y beba38 * el que cree en mí”.
Como dice la Escritura:
De su seno brotarán manantiales de agua viva.
39
Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había sido glorificado.
Jn. 4, 14: 14 pero el que beba del agua que yo le daré,
nunca más volverá a tener sed.
El agua que yo le daré
se convertirá en él en manantial
que brotará hasta la Vida eterna”.

4.       Jn. 8, 12: 12 Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo:
“Yo soy la luz del mundo.
El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la Vida”.
Rom. 13, 12: 12 * La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz.

5.   Jn. 15, 9-10: 9 Como el Padre me amó,
también yo los he amado a ustedes.
Permanezcan en mi amor.
10
Si cumplen mis mandamientos,
permanecerán en mi amor,
como yo cumplí los mandamientos de mi Padre
y permanezco en su amor.
1 Jn. 2, 6: 6 El que dice que permanece en él,
debe proceder como él.

6.   Mateo 22, 37-40: 37 * Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.  Este es el más grande y el primer mandamiento.  * El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Juan. 13, 34: 34 Les doy un mandamiento nuevo:
ámense los unos a los otros.
Así como yo los he amado,
ámense también ustedes los unos a los otros.

Mateo 25. 34-46:
  Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”.  Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”.  Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.
 
Luego dirá a los de la izquierda: “Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”. Estos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?”.  Y él les responderá: “Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”.  Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.