Jesús Sacramentado está presente real y es verdad de fe.
¿Cómo puede ser cierto?
Las especies eucaristicas, pan y vino, luego de la consagración en el altar por un sacerdote se transforma por medio del Espíritu Santo en Cuerpo y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor.
Al mismo tiempo que el sacerdote impone las manos sobre las especies eucaristicas, pide al Espíritu Santo que Su efusión conviertan para los presentes en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor, seguidamente relata como en la Última Cena Jesús consagraba su Sangre para una Nueva y Eterna Alianza, su Cuerpo que se entrega para la salvación de las almas.
Los efectos de adorar son muchísimos, les nombro algunos:
-El corazón se ancha para amar más a Dios y para amar al prójimo..
-El adorador toma magnitud de su pequeñez, fragilidad y debilidad.
-El humilde sale reconfortado.
-Nuevos propósitos de enmendar.
-Deseos de reparar por los pecados cometidos.
-Verdadera conversión del corazón.
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