"El Camino".
La senda, mi recorrido,
por los fieles, conocido,
ya los impíos abundan,
de los ritos abusan,
y en sus vidas calvarios,
del mal serán rosarios,
y ante Dios se presentarán,
mas aún increparán,
aunque no serán salvados.
Ellos no ven buen futuro,
y de eso están seguros,
pues no encuentran acomodo,
y se aferran de ese modo,
aquello que está más cerca,
es la más fácil treta,
que está en todos ellos,
y es como un sello,
para formar una secta.
La humanidad camina,
y a su paso ya cansina,
rumbo a su enclave,
con el amor como llave,
llegará a una encrucijada,
un camino, la Guadaña;
el otro, el Jinete Coronado,
final por mi esperado,
y surgirá como la Hazaña.
El barco que nos carga,
tumbos a dado como balsa,
para estar en estos rápidos,
se sienten los pálpitos,
de un porvenir difícil.
lanzados por la crisis,
a pasar por la angostura,
pues sería una aventura,
pasar por la caída absoluta.
Están los que como yo,
oyendo de la Tierra su voz,
no actúan en su beneficio,
no es un sacrificio,
más bien es una acción,
sin más desazón,
que no encontrar unanimidad,
para que toda la Humanidad.
augure la diferente razón.
Es de ésta inercia,
que causa la clemencia,
y se va metiendo en sus vidas,
para que aún en las alegrías,
se filtre el ajeno dolor,
que brota a cualquier rol,
del que mira hacía un lado,
para ver en el costado,
la realidad por la cual sos vos.
Son estos últimos seres,
los desperdiciables entes,
que más abundan,
estos a mi me asustan,
pues ellos aman a Dios,
a los ojos de nos,
tan sólo para escuchar,
la esencia del Mal;
la hipocresía son.
La Iglesia los esconde,
Cristo los depone,
pues son el doble discurso,
ellos se creen en el culto,
de haber entendido eso,
pero tienen como el queso,
muchos espacios vacíos,
pues se perdieron del río,
que conduce al Cielo.
Primero amate a tí,
y luego amate así,
para después quererlo todo,
amar la rosa y el lodo,
amar desde el centro,
sólo el amor de adentro,
llega a todas partes,
de Dios fue el arte,
que dio comienzo a todo.
primero obra bien tú,
conservarte en la virtud,
pues para de la vida recibir,
antes hay que nutrir,
al más desamparado,
la vida de él se ha parado,
muestrale qué es la fe,
sírvele tu humilde té,
y ambos serán alzados.
La fe no es asistir a la Iglesia,
eso a Dios no le interesa.
La sociedad lo tolera,
la esperanza abriga como polera.
La religión no entiende de "caretas",
la Vida Eterna no lo acepta.
Cuando todo esto lo entiendan,
habrá otra fe más auténtica,
y morirá ésta Era.
Entre el Bien y el Mal,
no hay otro lugar,
no existe un medio,
no es que así lo quiero.
Pues todo aquel,
que no siga a Él,
perecerá algún día,
sin encontrar otra salida.
¿Qué es la muerte en vida?
No despiertes al Mal.
El anticristo es tal,
como lo pinta la Biblia;
borrará tu risa,
y se quedará con tu alma,
ya no tendrá calma,
ni habrá más consuelo,
te pudrirás en el suelo,
sin encontrar un duelo,
algo que te traiga a tierra;
el Mal de tu siembra,
tarde o temprano te atrapará. Marcelo Martínez Castro (noviembre del 1997)
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