1.
El
Misterio de la Iglesia y sus sacramentos:
la Iglesia es la comunión más íntima y
real de los hombres con el Hombre- Dios, tal como se expresa ésta del modo más
real y perfecto en la Eucaristía. Si Cristo mora de una manera tan
admirable en el seno de la Iglesia, a fin de unirse en un solo cuerpo con todos
los miembros de la misma, entonces la unidad en que los une evidentemente es
tan sublime y misteriosa, que nunca podrá concebir la razón humana.
2.
Misterio de la Encarnación del
Hijo se prolonga
infinitamente en los hijos adoptivos de Dios por medio del Bautismo y los demás
Sacramentos, de modo tal que un discípulo y misionero de Jesús es cristo en la
tierra por gracia de Dios y unción del Espíritu Santo.
3.
El misterio de la Iglesia en la
comunión de todos sus miembros con Cristo, su cabeza: El hombre por la fe en la dignidad y fuerza de su Cabeza, ha de tender hacia
ésta, y recibir también en sí la firma, la imagen impresa de su Cabeza, a fin
de pertenecer en un sentido estricto a su cuerpo por el Bautismo, a fin de ser miembro sensible a la influencia de
la Cabeza y que ésta está en unión orgánica con la misma.
4.
El misterio de la Iglesia en la
comunión de todos sus miembros con Cristo, su esposo: Mediante la Encarnación Cristo
asumió nuestra propia naturaleza, a fin de desposarse en ésta con nosotros. Los
Santos Padres presentan ya la Encarnación misma como un desposorio con el
linaje humano, por cuanto en ella se contiene virtualmente todo lo que conduce
a la unión completa del Hijo de Dios con los hombres. El hombre ha de unirse en la
fe con su esposo divino, y éste quiere sellar, como con un anillo
nupcial, su alianza con el hombre en el bautismo. Y ambas cosas se hacen tan
sólo para fundir en la Eucaristía al
hombre y al Hombre-Dios mediante una comunión real en una sola carne y en una
sola sangre. Mt 19, 5-6; Mc 10, 8; I Co 6, 16; Ef. 5, 29-32
5.
El misterio de la Iglesia en su
maternidad: No
significa tan sólo que la Iglesia se comporta con sus miembros como una madre
tierna, que cuida, alimenta, instruye y educa como hijos. La maternidad
sobrenatural es el misterio central de la Iglesia en su calidad de sociedad
orgánicamente formada. Toda la actividad del sacerdocio en la Iglesia se
encamina a formar a Cristo en sus miembros, a unirlos con Cristo, haciéndolos
conformes a Él y educarlos para que alcancen la medida de la edad madura de Cristo; y por la revelación con este
fin adquiere esta actividad-en un grado mayor o menor- un significado más
elevado, sobrenatural en todos los respectos (Ef. 1, 4; 3, 14-19; 4, 10-16.)
6.
El misterio de la Glorificación ya se manifiesta en nosotros en
forma potencial porque Cristo nos
hace una nueva creatura por su gracia, fuerza divina y dignidad de Glorificado.
Esto nos capacita para entrar a la Jerusalén Celestial, a no ser que lo
rechacemos deliberadamente. La
potencialidad de nuestra glorificación depende en gran medida de la Vida
Sacramental y el combate espiritual contra el demonio.
7.
Los sacramentos consecratorios mediante ellos somos consagrados
para una misión sobrenatural y venimos a ocupar en el cuerpo místico de Cristo
una posición especial, permanente.
·
Mediante
el bautismo somos admitidos en
el cuerpo místico de Cristo, por lo tanto consagrados como miembros de Cristo;
por el bautismo entramos a participar de su vida sobrenatural; en el bautismo
nacemos como hijos de Dios, pero al mismo tiempo venimos destinados y obligados
a glorificar de un modo sobrenatural, como miembros de Cristo y juntamente con
él, a su Padre celestial.
·
Para
que seamos hijos de Dios y miembros robustos, enérgicos de Cristo, se añade al
bautismo, a modo de complemento, la confirmación
que nos une más íntima y firmemente con Cristo, nos da una consagración todavía
más alta, y logra también de esta manera que de Cristo se nos irradie más
pletóricamente la gracia sobrenatural.
·
Hay
miembros que representan el puesto y la actividad de la Cabeza en la Iglesia,
miembros que, juntamente con Cristo y haciendo sus veces, se presenten como
mediadores sobrenaturales entre Dios y los hombres; estos miembros deben estar
unidos de un modo especial con Cristo, recibir una consagración especial, y
mediante ésta unión y ésta consagración participar de un modo eminente de la
gracia sobrenatural. Esto ocurre mediante el sacramento del Orden; es la consagración “por excelencia”, por que confiere la
función más elevada y santa, que pueda haber sobre la tierra.
·
Aquellas
personas que, en calidad de miembros de Cristo se unen para engendrar nuevos
miembros, tienen una posición especial, sobrenatural en el cuerpo de Cristo por
medio del matrimonio entre
cristianos tiene un modo esencial estar abierto a la vida
http://www.mercaba.org/DicEC/S/scheeben_matthias_joseph.htm
https://www.youtube.com/channel/UCMelp-B1P8i9ZbmE8vzbNnQ
ResponderEliminar